Quienes Somos

 Si me preguntan, no recuerdo que me hayan enseñado a escribir en el colegio; escribir, no en el sentido de juntar letras y armar palabras, si no más bien en ese sentido que te permite juntar las mismas palabras viejas, manoseadas y armar textos, verdades, contex-tos, realidades. Tampoco aprendí en la Tele, ni en ningún diario, menos en las pésimas “lecturas comple-mentarias”, ni en los fríos textos universitarios. Y aunque no podemos descartar que haya sido un designio de la buena suerte, yo diría que aprendí a escribir casi por deber, es más, por necesidad pura…

Porque, al igual que todos los demás, crecimos bombardeados por misiles informativos, que lejos de esclarecer los panoramas, terminaron por hundirnos en el caos. Después cuando estuvimos un poco más peludos, y logró disiparse un poco el humo, pudimos recién entrever los elementos del mosaico, los cuales no eran más que infinitas piezas de un “Mundo”, de las cuales muchas eran de mala calidad o a lo más, de calidad intermedia. Ante semejante panorama, suele sobrevenir la angustia, ¿para qué tanto dato si no dice nada, no tiene orden, no otorga sentido? Pero no puedes parar el mundo, menos aún bajarte…

No es que queramos convencerlos de que cambiar el mundo es la mejor opción, pero la verdad es que sí queremos hacerlo. Es la única opción real que tenemos, las demás son solo falsas vías de escape. Aquí es cuando el escribir materializa la necesidad pura del cambio, cuando las palabras se juntan para interpelar y decir que si no nos preguntaron si quería-mos o no rondar por aquí – solo nos trajeron – mínimo que la cuestión funcione bien o nos deje a gusto…

Tal como dice el SubComandante Marcos, en un texto incluido en la Separata de la Edición Nº 3 del Hormi-guero “Lograremos entonces que la manzana de Newton se sume a nuestra rebeldía y no siga su viaje, hasta entonces irresistible, hacia el suelo. Y quede entonces suspendida en el aire hasta que una niña, un niño, la tome del aire y, con cuidado, le saque las semillas para sembrarlas en ese mundo que existe ya porque nos atrevimos a soñarlo, es decir, a luchar por él.” La revista El Hormiguero es otro de esos pequeños proyectos que esta cambiando nuestro deplorable status quo. Comienza siendo una pequeña iniciativa, para ir sumando poco a poco, a que ustedes y nosotros vayamos juntos socavando el sistema.

Somos una revista independiente, solemos decir, independiente, mas no objetiva – en concordancia con ese carácter de neutralidad que pretende dársele al término – hablamos desde nuestras subjetividades impresas por ese caos que algunos pretenden llamar realidad objetiva, y tal vez peor aún, porque no defini-mos marxistas, hablamos y hacemos desde nuestro sentido de clase, y al que no le guste…puede ir a hacer su propia revista, porque los limites del mercado son amplios y férreos, pero la libertad de prensa existe si, así…del tamaño de una hormiguita.

Sucede que estamos convencido que el trabajo hormiga sirve, que ni la BBC, ni el CNN se nos comparan, que sólo Tele sur – tal vez – nos gana. A pesar de todo, la tarea no es fácil, muchas cosas se han visto sacrifi-cadas, un puñado de vil dinero, sus buenas noches con sus respectivas neuronas asesinadas, la creatividad gráfica de nuestro diseñador, varios árboles e incluso la ortografía se ha visto mutilada, pero si la meta es cambiarlo todo ¿qué importan las normas gramaticales?

Para contar los objetivos de la revista, de modo más formal antes de terminar, lo que siempre hemos dicho es que El Hormiguero es una revista para jóvenes; lo que hoy queremos agregar es que la juventud más que ser un rango de edad, es una categoría de espíritu; allí pertenecemos todos los que participamos de alguna manera en este y otros proyectos y muchos más allá afuera. Nuestro principal objetivo, no es nada más que decirle al que aún sigue en el humo de ese bombardeo informativo, que si por si aún no se ha dado cuenta, el mundo esta mal y hay que puro cambiarlo.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...