Bajo la realidad colombiana.

Por Nicolas Moreno.

Un país que queda al fin del mundo como Chile, donde ni siquiera nos sentimos hermanos de los peruanos, más lejanos aún, sentimos al pueblo colombiano. Es que si nos quedamos por lo que dice la televisión, sabemos que Sha kira anda con Pique y es de Barranquilla, que Giovanni Hernández jugó en Colo-Colo, y tal vez vimos Betty la fea, pero también sabemos que están las FARC, un grupo terrorista según la ma nipulada prensa internacional como nacional.

Colombia, país latinoamericano ubicado entre Venezuela y Ecuador con más de 45 millones de habitantes, es un país sitiado por la violen cia, azotado por un conflicto armado entre las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Co lombia), el Ejercito de Colombia, (comandado directamente por la CIA) y grupos Paramilitares que se financian por la droga y se justifican en la defensa de la democracia, a tal punto, que el hermano del Ex Presidente Álvaro Uribe, Santiago Uribe, es financista y líder de los parami litares.

En Ipiales, ciudad Colombiana fronteriza con Ecuador, se ve un gran cartel donde relucen 6 guerrilleros (FARC), ya dos están marcados con una cruz, están asesinados, entre ellos, Raúl Reyes, quien era considerado vocero internacio nal de las FARC, los otros “SE BUSCAN” vivos o muertos. En las fronteras, el clima de guerra se vive diariamente, se ve bastante gente muti lada a causa de las minas antipersonales, a los militares revisando los buses, vigilando los lu gares estratégicos; puentes, pueblos. Dicen los campesinos que no saben a qué temerle más, estar justo en el fuego cruzado, o a los falsos dispositivos que se le llaman a la práctica de los militares y paramilitares que hacen pasar a jó venes o campesinos como guerrilleros para recibir condecoraciones en dinero efectivo como recompensa de parte del gobierno Colombiano como el Norteamericano. 

Esta guerrilla es seguida de muy cerca por EEUU, quien tiene muchos intereses creados. Para ellos, es la justificación para imponer sus bases militares en territorio colombiano. USA ha intervenido y participado con marines y lo gística en muchas operaciones contra las FARC. 

A 16 horas de bus pasando por la colonial ciu dad de Pasto, en un extenso y mareado viaje, está Cali, ciudad de la salsa, de las morenas más bellas y exuberantes, atrae a turistas que llegan motivados por la fiesta y por el sabor co lombiano, es la capital del Valle del Cauca y es una urbe en la que ser sicario es una profesión. 

Las poblaciones están en los cerros, donde las calles pavimentadas son un lujo, y para llegar a tu casa debes tomar un jeep 4x4, que es la lo comoción que llega hasta esas alturas, los alud son siempre después de cada lluvia. 

Cali es la tercera ciudad más poblada de Colom bia y unas de las más industrializadas, pero a la vez, una metrópoli de antagonismos, la noticia más repetida son asesinatos cometidos por los sicarios o que se desbarató algún laboratorio de drogas en pleno centro de la ciudad. 

Dejando atrás el Valle el Cauca, está la capital Bogotá, ciudad hermosa, muy parecida al sec tor del barrio alto de Santiago. Es una ciudad de más de 7 millones de habitantes, una ciudad cosmopolita, donde te puedes demorar más de 3 horas en cruzarla de extremo a extremo. Bogotá combina la modernidad con la cultura; el turismo es uno de sus fuertes. Es una ciu dad que nunca muere, un lugar que tiene su propio barrio rojo donde travestis y prostitutas realizan el comercio sexual de manera legal, al igual que la droga: Existe una feria llamada “L”, por su forma, que ocupa dos calles donde habrán más de 50 puestos en la que cada uno vende drogas como si nada, y gritan sin com plejos “opio” “baretos” ”letra” “alita de mos ca”. En cada puesto tienen sillas y música para poder consumir ahí mismo, las calles sucias con aguas turbias, llenas de gente tirada en el suelo vendiendo pipas o papelillos, acostada en colchones esperando hacerse unos pesos para poder comprar. Estaba ahí cuando de repente se escucha “¡un Paco!”, yo ya pensaba en correr cuando este pasó sin siquiera inmutarse, nadie escondía nada y sin embargo no detuvo a na die. Lo cómico es que esta feria funciona al lado de un regimiento militar, paradójico, según el gobierno colombiano la batalla contra el narco tráfico se está ganando. 

Al caminar por el centro, se ven las calles lle nas de policías, hay de dos tipos; los auxiliares, que son jóvenes de 17, 18 y 19 años que son ayudantes de policía, y los policías profesiona les; ambos te revisan todo lo que quieren; se hace necesario decir que en tres cuadras me re visaron 3 veces, pero ojo que no buscan drogas, sino armas para ver si eres guerrillero. 

En Bogotá hablar de las FARC es pecado mor tal, así como reconocer que eres de izquierda, todo el que sea comunista o de izquierda cae en el saco de guerrillero, cuando pregunté, me respondieron tan bajo que no entendí lo que decían. 

Colombia es un país donde el voto es volunta rio, para su última elección participó solamente el 45% de la población, aquí viven más de 10 millones de indigentes que se hacen notar, la mitad de la población es pobre, pero el gobier no colombiano justifica todas las injusticias sociales achacando la culpa a las guerrillas. Su actual presidente Santos, ha dicho que no des cansará hasta ver eliminado al último guerrille ro. Tal vez no debiese descansar hasta no ver ni un indigente más en su país. 

Colombia cuenta con un alto prontuario de violaciones a los derechos humanos bajo “democracia”: Cuenta con más de 7.500 presos políticos, más de 50.000 detenidos desaparecidos y 4,5 millones de desplazados a través de sus fuerzas armadas para vender las tierras a las multinacionales